Un
principio guía es una recomendación que orienta a una organización en todas las circunstancia, independientemente si hay cambios en sus metas, estrategias, tipo de trabajo o estructura de
gestión. Un
principio guía es universal y duradero.
Los principios guía son universales ante prácticamente cualquier iniciativa y ante todas las relaciones con grupos de partes interesadas. Por ejemplo: el primer
principio (Enfocarse en el valor) puede –y debe– aplicarse no sólo a los consumidores del servicio, sino también a todas las partes interesadas pertinentes y a sus definiciones de valor.